EL DESPERTAR, SABOR
DE LIBERTAD
Amiga Edurne:
Apenas han pasado diez días de tu fallecimiento, mejor dicho de tu partida
corporal y sin embargo, tengo todavía la impresión de que el viaje es con
billete de ida y vuelta, de que vas a volver en cualquier momento desde
esa foto tuya que me contempla, justo al lado del ordenador, donde te veo
cada día sonreír abiertamente como quien anuncia, porque ya sabe, el
preludio de un nuevo alumbramiento a ocurrir poco tiempo después. En tu
ausencia has dejado atrás un cuerpo físico que ya no te servía para
emprender nuevos rumbos en el espacio Consciente, algo parecido a la oruga
que suelta su caparazón para transformarse en crisálida.
Si me tengo que retrotraer en el tiempo, el primer recuerdo tuyo ligado a
mi memoria, sería un encuentro casual con amigos comunes al regreso de un
viaje que hiciste a Nicaragua, hace ya de esto varias décadas. Recuerdo la
claridad de expresión y precisión que ponías en tus comentarios sobre
aquellas gentes y latitudes, sobre sus problemas y soluciones.
Para aquella legión de jóvenes que en los años setenta creímos
ingenuamente que el cambio y la transformación de la Humanidad, vendría
gracias a la cobertura o paraguas de un partido político determinado, el
sueño terminó siendo una resaca de hastío y decepción. Pero en aquella
aparente marejada vital, la Consciencia tuvo su última palabra.
Cuando años más tarde me recibiste a la entrada de tu centro budista, en
una nueva singladura, esta vez espiritual, nada me extrañó. Porque la total
entrega en tu vida de acción social anterior daba paso a una entrega
callada y anónima de un enorme calado y dimensiones intuidas, pero
desconocidas también para mí en aquel entonces. Una enorme tenacidad
puesta a prueba de sinsabores e incomprensiones hizo de ti un ejemplo a
seguir para muchos de nosotros, un modelo de compasión y generosidad.
Fuiste la cofundadora de KARMA SAMTEN LING, el centro de meditación
budista al que acudo cada día a meditar. En estos once años de incesante
actividad, has dejado tu impronta y bien hacer en todos los servicios que
te tocó desempeñar, que fueron muchos, acogiendo siempre con una sonrisa
cálida a cuantas personas llamasen a la puerta, dando puntual información
sobre los horarios y actividades del centro, haciendo de él una casa
abierta a todo el mundo con independencia de sus ideas, ateos o creyentes,
haciendo una realidad en la práctica, que el Dharma no es patrimonio
exclusivo de nadie.
Si en nuestro entorno geográfico social y religioso, la muerte es una
tragedia irreparable e inoportuna, en el budismo es una oportunidad
extraordinaria, para dar de una vez por todas, el salto definitivo a la
Vacuidad compasiva, retornando a nuestra morada natural.
Por eso, la tarde de tu despedida en cuerpo presente, fue como una
celebración de júbilo en tu Despertar Consciente. La puja al Buda de la
Compasión (Chenrezy) sonó vibrante, con la alegría propia de quien intuye
o tiene la certeza de que una nueva Bodhisattva recorre luminosa en el
Espacio Consciente. Si algún día, en cualquier vida nos volvemos a
encontrar, ojalá podamos reconocernos en un abrazo amoroso. Hasta pronto
Edurne.
“Quizás el amor es como un lugar de descanso, como un refugio en la
tormenta. Existe para darte consuelo, está allí para conservarte caliente.
Y en aquellos momentos de pesar, cuando estás más solo, la memoria del
amor te traerá de regreso a casa. Quizás el amor es como una ventana,
quizás como una puerta abierta. Te invita para que entres, quiere que te
muestres todavía más. E incluso si te pierdes y no sabes qué hacer, la
memoria del amor seguirá a tu lado. Para algunos el amor es como una nube,
para otros es tan fuerte como el acero. Para algunos es una manera de
vivir, para otros es una forma de sentir. Y algunos dicen que el amor es
abrazar. Y otros dicen que el amor es dejar partir. Y algunos dicen que el
amor es Todo. Y otros dicen que no saben qué es el amor. Quizás el amor es
como el océano, lleno de conflictos, lleno de cambios. Como un fuego
cuando hace frío afuera o como un trueno cuando llueve. Si viviese por
siempre y todos mis sueños se hicieran realidad, mis memorias del amor
estarían contigo”.

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