AGUR
EDURNE AGUR
No puedo dejar de mirar el espacio físico que hasta hace poco se
llenaba con tu presencia en el Centro. Cuanto más lo miro más siento mi
vacío, este es mi proceso. No puedo todavía dejar de emocionarme al evocar
tu nombre. Espero llenarlo. Para ello recurriré a las referencias firmes
que en ti ví, como: tu gran temperamento, tu cercanía, tu calidez y “sobre
todo, sobre todo” tu incondicional servicio a los demás.
A modo de despedida te voy a contar algo. Cuando estabas malita en la
clínica San Juan de Dios, en una de mis visitas te hice una pregunta. Tu
mirada profunda y llena de amor se clavó en la mía. La mantuvimos y luego
cogiste mi mano, no dijiste nada pero se llenó de todo. Quiero que sepas
que ese momento y esa mano son mi guía en el camino.
Besos Charo

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