Para
Edurne
Yo
siempre he recibido de Edurne una atención, una mirada curiosa y una
sonrisa de bienvenida.
Edurne siempre cercana, asequible, en este camino tan desconocido de la
meditación.
Mi agradecimiento a esta mujer, en ese cuerpecito entregada y feliz
de hacerlo.

|