Para
Edurne
Qué difícil abrir un ojo objetivo
para escribir sobre la organización, la creación o el servicio que sirven
de envoltorio al recogimiento del espíritu y al silencio de la mente, con
la enseñanza de la meditación Shiné-Samatha.
Así es el Centro Karma Samten Ling donde el martes, 27 de marzo, dijimos
adiós al cuerpo presente de Edurne Olloquiegui. Su muerte, vivida desde la
enseñanza budista que se imparte en el Centro representó una oportunidad
para penetrar en el entendimiento de nuestro último paso en la tierra:
“dejar el cuerpo físico”.
Quienes tuvimos la suerte de asistir al homenaje percibimos la especial
energía presente en el recinto, acompañando nuestros cantos de mantras, de
pujas, la serena presencia del cuerpo sin vida de Edurne, la transmutación
del dolor de su hermana Antxoni, en comprensión profunda, inteligente y
amorosa del paso trascendental de Edurne, y en viva enseñanza a todos
nosotros.
Podríamos definir sin más aquellos instantes como un combate ganado allí
mismo a la ignorancia.
No pareces Edurne haberte ido muy lejos. No es difícil percibir tu
presencia entre las flores que tanto amabas. Te sentimos cerca de tu obra,
del lugar que creaste para nosotros con tu servicio, que hoy comprendemos
un poco más.
Y aunque suponemos que trabajo no te falta (hay mucho sufrimiento que
mitigar en el mundo para una Bodhisattva), nosotros te echamos en falta.
Gracias por ofrecernos tus dotes organizativas, tu sentido del orden, tu
escucha activa, el acogimiento a todos, la dulzura y ternura que
desarrollaste. También por tu empeño en acercar a las gentes del pueblo el
Centro con su enseñanza. Por tu humildad en el servicio.
Y para terminar ¿Cómo no agradecer al grupo de colaboradores que hicieron
en su día y siguen haciéndolo, que dos hermanas, Antxoni ahora, nos
ofrezcan esta oportunidad de aprender a conocernos a nosotros mismos
Reflexiones del retiro de
abril 2010, en el Centro Karma Samten-Ling, primero sin contar con la
presencia física de Edurne que, como un torrente, ha permitido brotar el
afecto.
Tiempo
Al sonar la campana:
¡!Recogimiento!!
como en aquel primer día
en que se inaugurara el Centro.
Como va diciendo Antxoni,
“En el vacío no hay tiempo,
ni principio ni fin para lo eterno”
Espacio
En Karma Samten-Ling no son grandes las distancias,
más sólo a primera vista
y hacia dónde se las mira…
en su espacio
cabe a veces
la curvatura del cielo
Movimiento
Con los años y los días,
desde que se inaugurara el Centro,
en el altar para Buda
siempre ha habido movimiento:
se han marchitado las flores:
han entregado su esencia
en una amorosa ofrenda.
Muchas velas se han quemado,
acompañadas de incienso
y han elevado su humo silenciosas hacia el cielo.
Nosotros también cambiamos,
lo hacemos a cada instante,
y como Antxoni enseña:
"Edurne ya nos contempla
desde el espacio sin tiempo".
Vacío
De nuevo en este retiro
volvió a sonar la campana.
¿A cuantos meditadores,
desde que se inaugurara el Centro,
les ha llamado al vacío?
Silencio y recogimiento.

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