Para Edurne

Tu sonrisa, sencillez, las palabras de ánimo y consuelo, tu calidez, Edurne, los tengo como un valioso recuerdo. Me hiciste sentir en casa la primera vez que fui al Centro.

Aunque ahora no podemos disfrutar de tu presencia, siento que estás muy bien, que tu marcha fue preciosa, dejando un halo de esperanza para los que nos quedamos porque tú ¡ya lo has conseguido!

Muchas gracias por haber vivido.

Marijose Jara