Para
Edurne
Edurne estaba y está.
Edurne se ocupaba.
Edurne se sentía.
Edurne se comunicaba.
Edurne se daba.
Edurne, esencialmente un ser de luz, una luz que entraba dentro de ti.
Edurne te hacía sentir que tu vida le interesaba, y siempre alerta, era
tan fácil encontrarla…
Había un medio de comunicarse con ella, más allá de las palabras, las
flores…
A Edurne se la sentía en las flores, las mimaba y las hacía aún más
bellas.
Tenía el don de agradecer los frutos de la tierra, todos eran nuevos para
ella.
La enfermedad pasó por su cuerpo sin restarle la conciencia, la vida y la
luz.
Edurne está entre nosotros
Mª Pilar

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