Para Edurne

Desde lo más hondo de mi corazón.

Gracias Edurne por esa sonrisa de bienvenida y acogimiento

en cuanto ponía los pies en las escaleras.

Gracias por tus cariñosas y adecuadas preguntas, “cómo estás”  “tienes

frío”  “te llevo las botas”.

Gracias por ese acercamiento cuando estaba sentada y sentir tu mano en

mi hombro,  acompañada de palabras  de afecto e interés de cómo me

encontraba.  


Gracias por la paz y bienestar que siento estos últimos días.

Gracias por todo