Conferencia del Pr. Fernando Rodríguez en la Universidad Pública de Navarra

Fernando Rodríguez, en primer plano
 

MEDITACIÓN - TERAPIA
                                                                                     
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MEDITACIÓN
Como psicólogo académico y como persona que sufre he recorrido y voy recorriendo diversos caminos, y me da la sensación que la meditación, en los próximos años, se va a convertir en algo muy habitual, muy frecuente en nuestras vidas. Se va a convertir en una herramienta mayoritaria. Yo creo que tarde o temprano esto va a llegar y voy a explicar el por qué de esto.

En principio, comentar que hay personas de ambientes europeos a las que la meditación les resulta algo exótico, algo oriental, y por tanto, casi diríamos hasta tercermundista. Probablemente, se extrañarían si supiesen que dentro de lo que es la investigación psicológica en la que se invierten millones y millones de pesetas, dólares, etc., las dos temáticas que más se han investigado en los últimos treinta años han sido la modificación de conducta y la meditación.

En 1969 un autor conocido por otras cuestiones, Charles Tart publicó un libro que se llamaba “estados modificados de conciencia”. En aquel momento histórico, ya no sólo sobre la meditación, sino sobre la hipnosis y otros estados modificados de conciencia había muy pocos artículos, muy pocas investigaciones concretas. Hoy en día hay miles y miles, libros enormes en los que se narran y se estudian los beneficios de la meditación desde el ámbito fisiológico, sociológico, desde el ámbito de lo simbólico, desde todos los órdenes, de manera que vamos a dejarlo en que por algo será.

Sobre los aspectos terapéuticos de la meditación quisiera decir que sólo como enumeración, en las investigaciones que se han realizado se han obtenido buenos resultados. Hay que decir que estamos hablando de trabajos empíricos, es decir trabajos que llevan un diseño y una constatación de tipo empírico.

La meditación ha obtenido resultados muy interesantes como solución aplicada a las adicciones, ya sea al alcohol o a las drogas, a la agresividad, a la depresión, a la anorexia, al insomnio, a los problemas de atención y concentración, a los problemas psicosomáticos, tipo diabetes, hipertensión arterial, asma, etc. Reduce la depresión de manera significativa, ha sido efectiva en el cáncer, y en todas las enfermedades en las que se produce un debilitamiento del sistema inmunológico, en el tratamiento del dolor, por ejemplo, es muy importante en las migrañas, cefaleas, en desórdenes intestinales, insomnio, úlceras. Es decir, en todos estos aspectos se ha estudiado y se ha comprobado el procedimiento.

¿Cuál es el problema en este tipo de abordaje de orden fisiológico?
El problema es que lo único que miden es la tensión física negativa y su derivado que sería la ansiedad. La ansiedad también hay que investigarla de modo derivado, porque es algo muy subjetivo. Es necesario entrar a preguntar a quién sufre, por lo que surge un elemento de subjetividad que, de alguna manera, rompe lo que sería el esquema científico.

Pero en cualquier caso, si sólo se aborda desde el punto de vista científico la meditación es una relajación impresionante. Esto supone que casi todos los sistemas de relajación funcionan, y al cabo de un mes, si la persona que sufre esa tensión negativa, esa ansiedad, ese malestar practica algún tipo de meditación en concreto, o un sistema de relajación cualquiera, los resultados de las pruebas fisiológicas que se le hagan llegan ya a unos niveles de normalidad. A partir de ahí no se puede saber nada diferente sobre las técnicas, es decir, no se puede probar científicamente que la meditación sea mejor que el entrenamiento del método Schutz o que sentarse tranquilamente en casa a descansar, porque lo único que medimos son variables fisiológicas.

De manera que el contexto científico se nos queda muy reducido a la hora de abordar lo que es el trabajo y lo que es la práctica de la meditación.


Sobre la práctica de la meditación, sin embargo, se nos plantea un problema que nos va a costar desentrañar, que nos va a exigir un poquito de atención aquí y ahora, y es ni más ni menos lo que Schopenhauer llamaba “el nudo del mundo”.

“El nudo del mundo” es la separación entre el cuerpo y la mente. Se supone que nuestro punto de vista espontáneamente es dualista porque por una parte aparece lo que es la necesidad fisiológica, uno sabe que tiene un cuerpo, que lo puede ver, y al mismo tiempo, uno sabe que existe una conciencia, hay algo o alguien que está presente dentro de eso. Es un recorte de todo lo que pasa dentro y fuera, con toda la información de lo que pasa dentro y fuera montamos una forma de estar en el mundo que le llamamos la identidad, algo que nos sirve para vivir en este mundo.


Y esa conciencia, es lo que nosotros vemos. Si uno se para ahora mismo de hablar, evidentemente, enseguida, encuentra algo ahí que está reflexionando, que está dando vueltas, que está hablando, interactuando, incluso hay varios personajes, etc. Todo eso pasa dentro de nosotros, de manera que tenemos una evidencia total de que existe algo que es del orden de la conciencia, que habla y algo fuera. Y ahí es donde reside el asunto.

Normalmente nosotros decimos cuerpo para referirnos al organismo biológico, el CUERPO con mayúsculas es el organismo en su totalidad, nuestro organismo biológico, pero también decimos cuerpo, y a ese cuerpo le vamos a poner minúsculas para hablar de toda la información que nuestra conciencia, que lo que nosotros somos dentro, recibe sobre el cuerpo, es decir, las sensaciones, las emociones, los sentimientos, todo ese tipo de información.


CUERPO (con mayúsculas): organismo biológico.


Cuerpo (con minúsculas): toda la información que sobre el cuerpo recibe la conciencia.


MENTE, si ponemos mente con mayúsculas nos estamos refiriendo a ese sujeto que piensa, la MENTE es esa conciencia que está ahí pensante.


Mente (con minúsculas): donde se supone que reside de alguna manera esa capacidad de conciencia, que sería la parte del cuerpo donde reside la mente.

Nosotros normalmente decimos que es el cerebro. Para la mente también tendríamos estas dos acepciones:

MENTE que sería para todo lo que es el mundo interno, el sujeto, y mente para hablar del cerebro, el lugar fisiológico de la mente.


Si vemos cómo estas dos acepciones se mezclan eso es lo que de otra manera produce “el nudo del mundo”, lo que decía Schopenhauer, porque si el cuerpo sentido, lo que nosotros sentimos del cuerpo, está dentro de nosotros, no lo tenemos fuera, es la vivencia personal, sin embargo, el cerebro está en el CUERPO que es el organismo biológico y aquí es donde está toda la trama que vamos a intentar desentrañar.

Por ejemplo, los científicos que se llaman a sí mismos monistas porque creen que existe sólo una sustancia dicen en su vida cotidiana: “es que mi mente está en lucha con mi cuerpo”. Cuando dicen esto, no están diciendo que el mundo interno está en lucha con el mundo externo y tampoco están diciendo que el neocortex está en pugna con el sistema límbico, por ejemplo. Lo que están diciendo es que la voluntad racional, el aspecto cognoscitivo que es a lo que llamamos mente interior está en lucha con algún tipo de deseo, fisiológico o no tan fisiológico.


Pero tanto una cosa como la otra, pertenecen al mundo interno, tanto ese deseo que nosotros tenemos y que nos impele a hacer algo, como la voluntad de estar intentando no hacerlo, porque no es la ocasión, es algo que vivimos dentro. Mente y cuerpo de alguna manera, lo que ha pasado en nuestra sociedad es que ha habido una disociación entre la mente y el cuerpo.

El primer trabajo que se produce en la meditación, es el trabajo de unificación de esos dos estamentos, esas dos estructuras. Eso es lo primero.


El primer paso de la meditación es sentarse a meditar, lo cual, ya es una decisión que normalmente cuesta porque hay muchos personajes que pueblan nuestra mente, en nuestro mundo interno que nos dicen: ”pero te vas a sentar ahí, de esa manera, con las piernas cruzadas, si te ve alguien, si te ve tu madre, tu amigo, en esa posición, qué van a decir, qué cosas más raras haces.” Con lo cual ya supone el romper un convencionalismo, romper una rutina con el hecho de sentarse. Una vez sentado, lo único que hay es el mundo externo (que si el de al lado se mueve, que si aquel tose, un ruido en la calle…) y entonces ahí el meditador empieza a ponerse un poco nervioso, dice: “necesito ambiente, así no se puede meditar...” Sin darse cuenta lo que hace en realidad es engancharse a lo externo. Se engancha desesperadamente a ese mundo externo, porque es lo que nos da la sensación de poder controlar, de que seguimos siendo dueños de nosotros mismos.

El hecho de que estemos controlando el exterior parece que nos da cierta seguridad, sensación de alerta, no vaya a ser que algo suceda, y entonces nos enganchamos al exterior.

Pero una vez que uno se da cuenta que, si sigue enganchado al exterior, realmente no accede a lo que está pasando en el interior; una vez que uno da el paso de acceder a ese mundo interior, lo que sucede es que se nos hace evidente el cuerpo. Lo primero que nos encontramos es el cuerpo, y en el cuerpo se esconde o habita toda la experiencia de nuestra vida, desde el nacimiento hasta hoy. Todo eso está marcado, está señalizado y está ahí pendiente de que algo lo despierte, si está dormido.


Hay cuestiones de la historia personal, de la biografía personal, experiencias personales, con familiares cercanos, en nuestros primeros años, que han resultado difíciles de vivir, que han resultado traumáticas, que han resultado a veces insoportables y todo eso lo hemos dejado al margen, lo hemos reprimido, lo hemos escondido. Está escondido, está reprimido, a costa de tener una tensión constante en la nuca, hacer un movimiento hacia atrás en la pelvis de huida, proteger el corazón con los brazos, es decir la fisiología, nuestra estructura corporal, está hecha a base de toda esa experiencia vivida, y entonces cuando uno se sienta y mantiene la verticalidad... No hemos hablado de esto pero la meditación tiene tres elementos básicos, tres columnas sobre las que se asienta: uno es la posición recta, habitualmente vertical. Lo que buscamos es la verticalidad, que es lo que nos da la idea de presencia, lo que nos da la sensación del cuerpo. Luego está la respiración, que es donde se establece ese contacto entre lo fisiológico y lo que es del orden del conocimiento. A través de la respiración es como fluye todo lo emocional, es lo que queda uniendo el cuerpo y la mente.

La atención en la respiración es muy importante también en la meditación y, por supuesto, la actitud mental. La actitud mental es clave, ese estar en la observación de lo que está pasando tanto dentro como fuera. Es el elemento que determina la meditación.

Cuando ponemos en práctica este ejercicio, el cuerpo aparece con toda su dureza, porque ahí está toda nuestra historia bien estructurada formando un cuerpo. Vemos lo que nos cuesta renunciar a todo esto que hemos ido construyendo a lo largo del tiempo, por mucho que nos haga daño, por mucho que sepamos que nos está hiriendo, que es algo doloroso, que está cercenando nuestra capacidad de expresión, de amor, de contacto, etc. Pero eso es lo que escogimos en aquel momento y nos cuesta soltar aquello.

Entonces la meditación produce muchos beneficios, la calma, etc. pero también pasa mucha emoción. Sobre todo hay una época en la que uno consigue desprenderse un poco del exterior, aunque sigue estando ahí, aunque seguimos teniendo conciencia del exterior ya no ocupa la presencia total. La presencia ahora la ocupa el cuerpo, todo lo que el cuerpo está sintiendo. Es la época donde aparecen todas las emociones. Y ahí está la cuestión. Remontar desde esa posición, sin implicarse en la ira, observarla, ver cómo la ira va entrando en nosotros, cómo aquello nos produce latidos fuertes, si alguien lo viera el pecho estaría como rojo; pero estar en la observación de lo que está pasando, sin entrar, sin engancharse y estar ahí. Y todo esto va a pasar en la meditación con una o con otra de las emociones, etc.

En la medida en que entramos en contacto con eso es cuando más claro se ve el asunto psicológico en la meditación, porque lo que en realidad uno se encuentra es el yo o el ego. En principio, el ego que luego se convertirá en el yo, que luego se convertirá en el ser en la medida en que vayamos quitando capas y capas de estas experiencias que han ido obstruyendo nuestra capacidad de fluir.
Es una buena época para descubrir el yo y ¿cómo se hace esto? Observando cuáles son los elementos que una y otra vez aparecen en la conciencia y que nos sacan de la observación, que nos meten otra vez en el monólogo o diálogo interno. Y realmente no hay muchos temas.

Está el tema del alimento. Hay mucha gente que se sienta y enseguida empieza a tener hambre o sed y entonces se empieza a descolocar. La cosa es salirse, que te arrastren fuera de esa atención, de esa presencia. Y aparece un bollo de nata que cada vez es más grande y más apetitoso.
Hay bastante gente para la que la comida representa la supervivencia. Es el primer instinto que tenemos y aparece.

Después, el sexo suele ser también uno de los elementos que está continuamente dando la lata. Uno se sienta y empiezan a surgir las fantasías, sobre todo en los hombres, lo harían de tal manera o de tal otra. Las mujeres, este tema de la sexualidad lo suelen orientar de otra manera. Más que el sexo explícito la mujer lo que demanda de la sexualidad es más el ser amada, querida, que alguien le atienda.
Otro de los temas clásicos es el poder, ¿de qué manera podría yo conseguir ante este que me reconociese? De cómo hacerme el mejor meditador frente al resto de los meditadores para que luego ya, cuando el maestro se vaya, yo ocupe su lugar; o bien desprestigiarle, buscar la manera de quitármelo de encima para ocupar el puesto, para hacerme la persona importante, etc. Y la megalomanía que dentro de todos existe, por la que uno puede convertirse en una especie de Presidente de los EEUU, etc.

El dinero también suele ser un tema que aparece bastante. Desgraciadamente no se sabe por qué pero todos tenemos problemas con el dinero, y cuando uno se para empieza a pensar cómo le van a cuadrar los números para ese mes, cómo conseguir dinero, etc. y, entonces, ahí ya, empieza a dispararse el imaginario: “la forma de conseguir más dinero, para que cuando sea rico pueda irme a la India y allí poder meditar, porque aquí desde luego no hay manera de meditar”. Esto también suele pasar.

La agresividad suele ser un tema importante: uno quiere ser el más fuerte, más alto.
Dentro de ese mundo imaginario, de ese mundo que está ahí cuando estamos sentados que parece que estamos a medio metro del suelo, levitando en una especie de arrebato místico pero estamos pensando en todas estas cosas, es así ¿para qué vamos a engañarnos?, por lo menos durante una parte del proceso.
Esta parte, que digo yo que tiene que ver más con lo psicológico, con el juego del ego, con el juego del yo, lo psicológico es más profundo, el yo es algo más bien superficial. Estamos en un mundo tan superficial que el yo nos parece que es ya el final, el máximo logro.


Pero la agresividad aparece y entonces uno se convierte en un cinturón negro de tae-kwondo que es capaz de dar bofetadas en la oreja al primero que se le acerca. Todo, para de alguna manera, vehicular esa agresividad que sabe uno que está ahí. Son maneras de engancharnos, de salir de la atención.
La agresión no sólo es agresión a los otros, también está la victimización. Esta es una forma de autoagresión; y es la queja que se convierte prácticamente en un único repertorio de relación, es decir, abrimos la boca para decir únicamente lo que está mal y entonces surge: ”si mi madre me hubiese querido de verdad, yo ahora no tendría estos problemas o si mi mujer no me hubiese engañado, si el jefe …” Nos apiadamos de nosotros mismos, nos convertimos en víctimas de una situación.

Esto que yo expongo en dos trazos, incluso intentando ser un poco divertido para quitarle drama al asunto, es lo que a vosotros realmente os preocupa, y es un trabajo que puede ser sustituido también por otras formas de trabajo psicológico. Todos los sistemas que trabajen con el yo, pueden dedicarse a trabajar estos temas.

También en meditación lo puedo ir haciendo, pero la cuestión es llegar a darse cuenta, no de lo que se está pensando, que es un poco el juego psicológico, sino simplemente, darse cuenta de que se está pensando. Y cuando se está pensando, no se está meditando. Entonces es cuando alguien percibe que hay un parloteo menta. Es lo que algunos habréis leído sobre la mente del mono loco que todos tenemos dentro. La mente que está saltando, cogiendo impulso de un lado a otro, de una necesidad a un deseo… Uno ahí tiene la capacidad de observar que la mente está continuamente tramando historias, haciendo juegos, echando las culpas, etc, etc.Cuando conseguimos llegar a una observación, hasta el punto de que nos damos cuenta de que se está o no se está pensando, pero no nos interesa tanto el contenido como el hecho de estar pensando o no, hemos dado otro paso hacia la meditación y me preguntaréis ¿cómo se da eso?


A veces, se dice que la meditación se suele transmitir en contextos más bien esotéricos, en los que las consignas no acababan de estar claras. Así que se trata de alguna manera dar alguna clave de cuál es el trabajo que se realiza en la meditación.


Vamos a ver que hay unas habilidades que ponen en juego ese yo, se puede voluntariamente establecer un sistema, una forma de trabajo que le vaya dando continuidad.

Esto constaría de tres pasos: al primero le vamos a llamar enfoque. La clave consiste en desarrollar la habilidad de identificar, diferenciar, mantener y reorientar la atención a estímulos simples en períodos prolongados. En otras palabras, uno se pone en la observación y enseguida encuentra que está enganchado a un razonamiento, entonces se trata de volver la atención a donde tenía que estar. Para ello se utilizan soportes de la atención. Dependiendo de las técnicas de meditación está la atención en la respiración, la atención en una parte del cuerpo, puede ser la atención pura y dura... pueden ser muchos soportes a los que uno, cuando se cree que se ha perdido, vuelve otra vez a ese centro. En eso consiste el juego de la meditación, en eso consiste una y otra vez, en eso consiste millones de veces, si cada vez que volvemos estamos rompiendo un automatismo, estamos rompiendo algo que nos permite rehacer nuestra historia cognitiva, afectiva, etc.


Romper esa rutina de la mente del mono loco que va por ahí enganchando una historia con la otra es el principio del trabajo con la meditación. Por tanto, enfocar, en la medida en que enfocamos, vamos viendo y desarrollando también otra habilidad que es la de detener esa actividad analítica que siempre busca metas, conclusiones, preparar esto, hacer aquello.


Así que se trata de no reaccionar, cuando uno consigue estar desde la pasividad, cuando consigue no reaccionar, está desarrollando la segunda habilidad clave de la meditación.


La tercera es la receptividad, que es la capacidad de soportar situaciones infrecuentes, incómodas, paradójicas, porque al romper rutinas lo que hacemos es que entra información de otra manera a esa conciencia y de una manera que a veces no es la que más nos interesa, la que más nos apetece. Si uno está en meditación sólo por estar bien, por pasárselo bien, la verdad es que no ha encontrado el camino, porque la meditación da una gran estabilidad y un gran bienestar, pero a costa de la observación, y la observación nos supone enfrentarnos a situaciones que uno no las ha enfrentado anteriormente.
De manera que el fin del meditador debe ser el de alguien que tiene esa osadía de enfrentar situaciones nuevas, a veces difíciles.

Por repetir: enfoque, pasividad, receptividad.

En la medida que vamos profundizando en esas cosas vamos profundizando en el yo, que en principio es ese ego, que es una especie de marioneta sujeta a una serie de convencionalismos sociales y personales que hemos construido y que desarrollan su labor, que luego se van completando con aspectos perdidos en el viaje y se convierten en el yo en un yo autónomo, que es capaz de establecer un proyecto personal, de buscar una serie de satisfacciones en la vida y que luego, a la larga, debe conectar con ese ser profundo que habita en nosotros, con esa gota eterna que está ahí junto con otros grandes valores, junto con el fondo del ser humano que está ahí y este es el proceso que vamos haciendo.

Habíamos llegado a través de esta primera fase en la que uno simplemente está observando y en la mente pasan todas estas cosas: la agenda que todos los días necesitamos pensar para organizar nuestra vida. De ahí se pasa a darnos cuenta de lo que es el yo, cuál es el personaje que hemos construido y cómo se relaciona con el mundo externo. Cuando vamos siendo conscientes de eso ya vemos esta idea del mono loco que está pensando y llegamos un poquito más, en un sentido de ser un poco más autónomos. Y al llegar al fondo es cuando vamos a encontrarnos con la parte más durilla del proceso, porque ahí, vamos a encontrarnos con contenidos inconscientes.


Inconscientes quiere decir que uno no se da cuenta. En el inconsciente nos podemos encontrar con cosas de más calado, cosas que la meditación por sí sola tardaría mucho tiempo en solucionar.

Así que en el aspecto terapéutico ¿Qué es lo que tiene de bueno?
La meditación es un trabajo muy completo, que lo que tiene de bueno es el hecho del análisis.

El análisis, sobre todo, el que se hace con alguien, de manera que tienes otra instancia que te puede reflejar lo que esta pasando en ti. Ese reflejo de los aspectos que tienen que ver con el inconsciente es muy importante, de manera que es posible que en la meditación se pueda solucionar aspectos profundos. Más que solucionar, que podamos saltar sobre bloqueos importantes, bloqueos inconscientes, y que llegamos simplemente a que aquello no nos esclavice, no sea dueño de nosotros.
Pero realmente la meditación no se ha hecho para esto y esto lo tenemos que tener claro.

Si un meditador, un día, de repente, después de años de meditación, entra en una crisis terrible de agresión o de llanto y ve que cada vez que se sienta durante meses, durante un tiempo prolongado, se repite la situación, el bloqueo, etc. Es posible que sea el momento de encontrar una ayuda profesional durante una época, hasta que resuelva una serie de asuntos.

De la misma manera que uno conecta con todo aquello que uno ha sido, también puede ser que uno durante la meditación descubra ese ser, ese yo esencial que está en cada uno de nosotros y, efectivamente, la meditación se convierta como en una especie de iluminación, algo que en ese momento nos libera de una gran carga. Pero nos libera sólo de una carga de orden psicológico, esto es el pseudonirvana, o unas formas que se han detectado dentro de lo que es el trabajo meditativo en personas que creen que han llegado a la iluminación porque han descubierto algo íntimo, de una gran profundidad, de un gran calado y que les da una fuerza interior terrible.


Hay que ser prudente y saber que existe la comunidad que es capaz de determinar si tu grado de iluminación es el que tú consideras, al que tú has llegado o realmente estás en otro nivel.

Es importante esta diferenciación y hasta aquí, cuando uno soluciona todos los problemas del inconsciente es donde, de alguna manera, se produce este trabajo.


Esta es la primera parte del trabajo meditativo que es la unión del cuerpo y la mente, es decir, toda esa parte de la vida en la que el cuerpo está demasiado presente. Mientras tenemos cosas que solucionar con el cuerpo, eso está grabado en nuestra estructura y esto hay que trabajarlo.

Una vez que se consigue esta unificación aparece un nuevo sujeto que está formado de estos componentes unidos, cuerpo y mente unidos y se da la autorrealización: gente que tiene una gran espontaneidad, que muy instintivamente funcionan y siempre o casi siempre de una manera adecuada, no exagerada, produciendo más o menos el bien en su entorno, sin buscar conflictos, enfrentamientos…, pero aquí es donde empieza otra parte del trabajo meditativo.

Es cuando uno consigue operar a voluntad sobre ese yo, sobre el personaje que usamos en la vida cotidiana. Uno es capaz de utilizar, casi como un objeto, la personalidad para vivir socialmente, aún sabiendo que no es ese el fondo de su ser, pero se necesita, necesitamos el yo antes de deshacernos del yo.

Empieza esta segunda fase y por lo que hemos descubierto, hasta ahora en las investigaciones, podemos decir que la meditación lo que hace es acelerar toda esta parte primera, pero no la modifica ni en su forma ni en la secuencia del desarrollo. Esto es lo mejor que podemos decir de la meditación, la meditación lo que hace es que avancemos más rápido en el proceso del conocimiento.

A fuerza de establecer continuamente este estado de enfocar la mente, no reaccionar ante lo que aparece en la mente y ser capaz de recibir lo que está pasando, también lo que se va consiguiendo es que nuestra vida cambie. El trabajo de meditación no es sólo algo que cambia a la persona, sino que modifica también el entorno. Modifica la actitud del meditador ante el entorno, y lo modifica cambiando lo que son sus creencias, sus valores y sus compromisos.

Las creencias serían los pensamientos permanentes acerca de lo que es real o no es real, todos tenemos una filosofía de qué es el universo.
Luego están los valores, que son el reflejo de lo que uno considera muy importante. Después están los compromisos, que son ya la actitud, el curso de acción que nosotros escogemos seguir en cada momento.

Las creencias y el valorar hacen que nos comprometamos con una serie de cosas.
Si yo creo que soy una persona tensa, pero creo que la tensión es importante, es necesaria para esta sociedad -esta es la creencia- en consecuencia no valoro mi salud, si estoy siempre estresado, eso me hace vivir en una actitud que evidentemente produce unos efectos en la salud. Valoro más la importancia de estar en la tensión suficiente que me permite hacer un trabajo, que la salud. Por lo tanto, no me comprometo a cambiar esta forma de vivir que me hace vivir en tensión.
En la medida que se trabajan aquellas habilidades, uno puede empezar a percibir que, desde que medita, se encuentra más relajado, más asentado, con sensación de estar más en calma, el tiempo dura más. Creo que debería hacer menos trabajo y ocuparme más de mí mismo; la creencia ha cambiado, el valor ha cambiado, comienzo a valorar más mi salud. Creo que la salud es importante porque me hace sentirme mejor en general y entonces le doy un valor al compromiso, es decir, todos los días voy a dedicar un espacio a relajarme, a tranquilizarme.

Seguimos el trabajo de enfoque, pasividad y receptividad y uno va a pensar: “las preocupaciones, las ambiciones, esta vida que llevo yo, igual no es lo más importante, igual hay cosas que son más profundas que ganar dinero y que quedar bien ante los demás y ocupar un puesto de importancia” y entonces, empieza a valorar otras cosas, “aparte de mis deseos y preocupaciones hay otras cosas que merecen la pena” y entonces probablemente surja un compromiso. Esto va a contribuir al bienestar, que lo que yo he aprendido también llegue a los demás, hay un compromiso con el exterior de vivir más el momento, de estar más presente, de preocuparme más por los demás y no preocuparme por las cosas que no puedo cambiar, de manera que va cambiando esa actitud ante la vida y es cuando entra en contacto ese segundo ciclo, el segundo ciclo de la meditación, que es cuando uno realmente ya ha entrado en contacto con lo que son los valores que trascienden a la propia individualidad, dejan de hacerse por uno mismo, se hacen por algo que es superior a uno mismo, puede ser una colectividad, puede ser el universo, puede ser la humanidad.

Esta segunda parte es mucho más complicada de explicar para lo cual voy a aportar una investigación que se hizo con el test de Rorschach.
El test de Rorschach consiste en diez láminas que tiene unas manchas de tinta simétricas. Se llama un test proyectivo, porque se pasan una a una las láminas a las personas que dicen lo que ven. Proyectan lo que ven allí. Entonces hay una serie de tablas en las que aquellas proyecciones se pueden estudiar y ver qué conflictividad a nivel sexual, a nivel de agresividad... puede tener esa persona.

Se hizo una investigación con este test aplicado a meditadores que llevaban unos más y otros menos tiempo practicando. Los primeros, los principiantes decían cosas típicas pero ya los que estaban más iniciados cortaban el juego de las proyecciones y venían a decir “manchas de tinta.”

El primer proceso en la meditación sí que se produce y en algunas técnicas de meditación es en concreto, ir hacia lo fundamental, ir hacia lo que es. Entonces lo que es, son manchas de tinta, pero esto sirve para ver que la meditación lo que hace es entrenar la mente en la focalización, en enfocar la mente.

Después se pasó el test a personas que habían tenido alguna experiencia de lo que se llama el samadhi, la estabilización de la mente, y estas personas se daban perfecta cuenta de que asociaban imágenes hacia aquellas manchas de tinta, pero lo curioso del asunto, es que eran capaces de dar cuenta momento a momento, de cómo en su mente se iban construyendo las imágenes que proyectaban en esas manchas de tinta, de forma que eran dueños del propio mental, con esa capacidad de atender lo que pasa dentro y lo que pasa fuera.

Además, lo curioso de este caso es que mientras que éstos presentaban rasgos de conflicto en temas muy típicos, eran muy poco reactivos, es decir se enganchaban menos, sufrían menos.

Siguieron estudiando con personas que habían llegado a un nivel alto de realización y éstas no sólo percibían imágenes asociadas, cómo iban construyendo las imágenes asociadas a las manchas de tinta, sino que eran capaces de ver cómo la propia mente construía las imágenes de las manchas de tinta y construía asimismo las proyecciones sobre las mismas.

Habían llegado a tener tal control del proceso de la mente que eran capaces de hacer esta labor. Lo más curioso es que también se hizo con grandes maestros de meditación. Estos no presentaban en las respuestas que daban al test ningún conflicto de dependencias, sexualidad, etc., lo cual viene a corroborar que la meditación a niveles muy elevados consigue, si no eliminar, sí hacer que el sufrimiento sea reducido drásticamente.


Por fin los maestros de meditación asociaban una frase con cada una de las diez imágenes que se les ofrecía. Los pasadores de test luego iban a sus casas, empezaban a leer, y veían que aquellas diez frases que elegía el maestro tenían una concatenación, tenían una relación. Entonces iban leyendo y se iban dando cuenta de que aquello constituía una parábola sobre el sufrimiento, y de alguna manera se convertía en una enseñanza para el pasador de test, es decir, que lo que el Maestro había hecho había sido devolver aquello en forma de enseñanza.
Esa sería la idea de los altos niveles de realización y en el ámbito que nosotros podríamos explicar con palabras sería deshacerse del tiempo, del espacio y de todos los condicionantes y ahí es donde concluye el trabajo de realización visto desde el punto de vista psicológico.


PREGUNTAS

Tampoco es poner la mente en blanco porque eso nos puede cerrar en nuestro mundo. En el mundo de obstinarnos en tener la mente en blanco. Es tener la atención y la presencia a todo lo que está sucediendo y eso cambia
Muchas de las escuelas al principio del trabajo recomiendan un trabajo de concentración, o sea que se consiga la estabilidad de la mente. Es trabajar con un objeto cualquiera te pones aquí y pones toda la atención en él. Esto en Occidente se considera más como una forma de la contemplación y ayuda a los primeros pasos de la meditación.
En la meditación, lo primero que necesitas es poder concentrarte, poder permanecer estable. Entonces el objeto viene muy bien para esa primera parte de la estabilización. Por tanto, no es tanto poner la mente en blanco ni pensar en el objeto sino poner la atención. Esta sería una diferencia entre la meditación y la contemplación, ya que en la contemplación occidental sí que hay una elaboración, pero en la meditación no. La meditación es poner la atención sin juicios sin razonamientos, sin nada, la atención, sin más.
El control mental introduciría el elemento de la mente, es decir ya estaría todo el mundo de las visualizaciones, la visualización creativa, etc. Entraríamos en esta fase, y la meditación sería como el más elaborado de los trabajos, que tiene que ver con la relajación, que puede encajar con la relajación, yo creo que sería el más completo de todos los trabajos.

La meditación es una herramienta de un gran poder, sobre todo, si uno lo hace con constancia y con disciplina.
Si uno lo hace realmente con constancia y disciplina y no tiene la supervisión, y no tiene una shanga, un grupo en que lo hace, sí que puede despistarse, puede perderse en el camino, pasarle cosas que no alcanza a comprender.
La meditación como todo es el camino del medio, es algo en la que un exceso va a significar lo negativo y una falta no va a dar lo que es necesario. Encontrar este punto siempre es complicado. Es preferible gente que ha pasado por la experiencia, gente que conoce el camino para que te pueda indicar.

Suele ser una forma en la que mucha gente encuentra...Pongamos el caso de un maravilloso atardecer, de repente uno mira y naturalmente sin que mi mente haga caso de mi cuerpo, simplemente paramos el juicio y nos quedamos en la contemplación de aquella escena. Esto ya me descubre un mundo diferente, otra forma de estar en el mundo, una experiencia que puede durar tres o cuatro segundos, que puede parecer una eternidad y puede parecer algo inconmensurable, y entonces dice: “pero sí dentro de mí también está esta posibilidad, de vivir de esta manera, de sentir de esta manera” y ahí empezará un camino, un camino de búsqueda, de meditación o de trabajo de estado modificados de conciencia.

PSICOLOGÍA INTEGRAL RELACIÓN CON LA PSICOLOGÍA TRANSPERSONAL

Dentro de lo que es la psicología transpersonal, que ya he dicho que surgió en 1969, a partir del año 75 hay un personaje que viene a ocupar un lugar muy importante que se llama Ken Wilber.
El año pasado o hace dos años, este autor que había sido como la bandera del movimiento transpersonal, que había publicado mucha producción literaria, quehabía llegado a muchísima gente de todo el mundo. Este hombre, en un momento dado, escribió un artículo en el que hablaba del fin de la psicología transpersonal y hablaba del comienzo de la psicología integral.

La psicología transpersonal se ocupa de los estados de conciencia trans-personales. Estos, hoy en día son desconocidos para la mayoría de la población mundial, más allá de lo que sería la mera visión existencial.
Durante esa época ha sido importante que se defendiera que existían estados que eran trascendentes, que conducían a un bienestar, a estados mejores de lo que sería el estado habitual de conciencia. Era importante que se reivindicara, porque a la gente que vivía estados superiores de conciencia se les señalaba como locos, como enfermos, se les trataba como tales, haciendo que un proceso personal de evolución quedase abortado, quedase cercenado y no pudiese luego volverse a reemprender, por haber entrado en una dinámica de institucionalización o de medicalización o algo por el estilo. Eso hace muy difícil volver a poner en marcha el proceso evolutivo de una persona después de pasar por experiencias de este tipo.
Entonces, ha sido importante que se reivindicase el campo de la psicología transpersonal
como la posible evolución del ser humano. Es hacia ahí hacia donde vamos, nuestra realidad no se acaba en la racionalidad. La racionalidad ha sido un gran logro de la humanidad, pero el ser humano ¿por qué va a evolucionar hasta la racionalidad y no va a seguir evolucionando más allá de la racionalidad? Sobre todo cuando tenemos en todas las épocas algún personaje que nos habla de la posibilidad evolutiva y cómo eso se va convirtiendo cada vez en más frecuente, en los lugares donde se puede, claro. Para llegar a los estados transpersonales hay que tener todas las necesidades básicas cubiertas.

En sociedades avanzadas, más o menos donde las necesidades más inmediatas están cubiertas aparece la necesidad de trascendencia, aparece la necesidad de seguir creciendo.
Pero es una parte muy limitada.
Entonces, Ken Wilber al percibir que la psicología transpersonal se podía convertir en un juego elitista, lo que hace es organizar la psicología integral, sobre todo para señalar que existe todavía un porcentaje de la población enorme que ni siquiera ha llegado a la racionalidad y que la primera y la más urgente de las necesidades de nuestro mundo es acompañar, ayudar a esa gente a que llegue a la racionalidad, por una razón primera y fundamental, porque es la única garantía de supervivencia para el ser humano.

La racionalidad es saber respetar al otro, es tener en consideración al otro y querer para el otro lo mismo que quiero para mí.
La racionalidad no consiste en hacer operaciones aritméticas sino que consiste en aceptar al otro, en el respeto del otro. Si no conseguimos hacer esto cuanto antes, pues, probablemente esto vaya a peor. De manera que lo que se subraya es la necesidad de una psicología integral que atienda a cada persona y que sirva para que cada persona pueda continuar a partir del estado evolutivo en el que se encuentra en este momento.

La persona que necesita apoyo emocional, se le da apoyo emocional, la que necesita asentarse en el mundo, darle las pautas para que lo consiga, a la persona que tiene una crisis existencial, darle solución y a la persona que está investigando estados superiores de conciencia, que siga en ese camino.
Por eso se considera integral y en lo integral todos tenemos algo que hacer, todos tenemos una labor y todos tenemos que cumplir con nuestra labor si queremos que esto funcione.

Resumen de la Conferencia impartida por el Profesor Fernando Rodríguez
Presidente de la Asociación Española de Psicología Transpersonal
(16 de Octubre de 2001)

INFORMACIÓN ADICIONAL

MODELOS EXPLICATIVOS

1.- La Neuropsicología: La práctica produce mayor equilibrio hipotalámico, lo que provoca el predominio del parasimpático y la reducción de la respuesta de estrés.

2.- Técnicas de autocontrol conductual: La meditación como des-sensibilización sistemática auto-administrada que implica la inhibición recíproca y el contra-condicionamiento (contra-condicionamiento: sustitución de una emoción negativa por una respuesta positiva).

3.- Punto de vista cognitivo-conductual: Proporciona práctica en la detección de estados de distracción o dispersión mental, potenciando así la capacidad de interrumpir secuencias disfuncionales de pensamientos y de conductas.
Dada la relación existente entre pensamientos intrusivos y trastornos afectivos (cognición y emoción), desarrolla una respuesta de habituación a los estímulos provocadores de la ansiedad. De esta manera, desensibiliza de la emoción que provoca el pensamiento no deseado el cual tiende a desaparecer.

4.- Los constructos personales de Kelly: Nuestras percepciones tienen sesgos y expectativas. La des-automatización nos lleva a percibir los acontecimientos como novedosos y únicos. La trascendencia es ir más allá de nuestros modos habituales de percibir lo que puede conducir a experiencias cumbre.
La práctica meditativa permite modificar creencias irracionales y sustituirlas por pensamientos adaptados y acordes con la experiencia vivida. Esto va produciendo ciclos de reestructuración cognitiva que establecen sinergias con la experiencia vivida. Las nuevas estructuras cognitivas se van diferenciando y abstrayendo.

5.- Las Psicoterapias Humanistas: Comparten con la meditación el interés en el aquí y ahora de la experiencia subjetiva. La diferencia es que la meditación va más allá e implica la toma de conciencia del propio ser interior por medio del silencio interno.

6.- Desarrollo del yo-observador: En la meditación se suspende el juicio y se da una atención imparcial a todo lo que puede ser observado. Esta era la “atención flotante” que debe tener el psicoanalista durante la sesión según Freud .
Esto permite al meditador atender sin condenar aspectos que están en conflicto entre el yo y e yo-ideal.
Se produce un desdoblamiento terapéutico del ego que diferencia entre observado y observador, entre objeto y sujeto.
La capacidad para observar el flujo dinámico de eventos psíquicos tiene una función sintética que permite abstraerse del mismo y mantener la presencia en medio del cambio.


ALGUNOS BENEFICIOS DE LA PRACTICA DE LA MEDITACIÓN

* Partir de una posición de equilibrio (postura) para situarnos en un estado de desapego.


* Calma: paz interior y Alerta: conciencia del ambiente.


* Sentimientos de fuerza y control.


* Cognitivamente: Contrarresta la tendencia a la percepción y atención selectiva proporcionando una percepción más clara y precisa de la realidad.


* Observación de pensamientos intrusivos y no deseados: Distanciamiento de miedos y preocupaciones que permite observarlos no reactivamente.


* Autoconciencia: mayor integración de las experiencias subjetivas.
mayor aceptación y tolerancia de las experiencias afectivas.


* Auto-conocimiento: Recurso futuro contra el estrés y la ansiedad.
Intensifica y refuerza el proceso terapéutico.


* Auto-confianza, menor reactividad emocional, tiempo de reacción más rápido (recuperación más rápida después de una situación de estrés), mayor capacidad perceptiva, menor sentimiento de culpabilidad y mayor salud mental.


* Auto-realización: Desarrolla la memoria, la concentración, la creatividad, la fuerza de voluntad.


* Numerosos autores insisten en la importancia de que los profesionales de la psicología y profesiones de ayuda aprendan a mantener niveles de presencia y relajación adecuados para lograr mayor empatía con el cliente.


* La meditación constituye uno de los cursos avanzados en la formación de psicoterapeutas.


* Síntesis ideal de desapego y atención que promueve, acelera e intensifica una transformación profunda de la personalidad.


Hemen & Orain