Conferencia
del Pr. Fernando Rodríguez en
la Universidad Pública de Navarra

DE
LO PERSONAL A LO TRANSPERSONAL
Aunque la
evolución ha sido un concepto importante en el avance de la ciencia,
éste concepto no se ha aplicado hasta hace muy poco al ser humano.
La psicología transpersonal , surge en USA a finales de los años
60, y se plantea, entre otras cosas, ésta posibilidad, hasta entonces,
curiosamente, no explorada: el ser humano tiene posibilidades evolutivas
por desarrollar.
En efecto, la psicología consideraba que una vez alcanzado el estado
adulto, el humano ya no tenía mas que hacer. Frente a ello, la
psicología transpersonal, realizando una síntesis de diversos
conocimientos y corrientes, plantea que cada etapa de la vida tiene unas
tareas que cumplir. Cobran así un relieve significativo, las tareas
de la segunda mitad de la vida, en las que se procesa y asimila lo vertido
al exterior en la primera etapa. Se elabora así, una explicación
integral del desarrollo humano, que recoge y encaja aportaciones anteriores,
como la teoría de las relaciones objetales, la teoría del
Self (Sí-mismo, Yo-Superior) desplegándose en una individuación,
o la teoría psicoanalítica del ego, en un contexto mas amplio.
La teoría de las relaciones objetales, fue desarrollada por Melanie
Klein,y nos señala como las enfermedades psíquicas mas graves,
tienen su origen en los primeros años de vida.
Margaret Malher, describe detalladamente éste proceso:
-
Durante
el primer mes, el bebé es prácticamente autista, su respuesta
es meramente refleja, talámica, tiende únicamente a restablecer
el equilibrio, es exclusivamente homeostática, como los organismos
mas elementales.
-
Hasta
los cinco meses, podemos hablar, de una fase simbiótica; el bebé
no establece límites entre la madre y el. Por ello mismo, podría
decirse que se vive como omnipotente, ya que se le satisface en todas
sus necesidades: alimentación, limpieza...
-
De los
seis meses a los tres años, se da una separación, una
salida del cascarón en la que el bebé descubre los límites
de su propio cuerpo por una parte, y tiene por otro lado, la experiencia
de lo otro. Se dan aquí tres subfases:
1. Subfase de ejercicio que consiste básicamente en aventurarse
fuera del regazo de la madre.
2. Subfase de reaproximación, en la que se da la separación
del yo y sus objetos, y que constituye por tanto, un nacimiento psicológicamente
hablando. Ocurre que en éstas incursiones, el niño,
se apercibe de la falta de la madre, y por ello vuelve en éstas
reaproximaciones. Esto se da entre los quince y veinticuatro meses.
3. Subfase de consolidación que consiste en poder percibir
la constancia del objeto emocional. Aunque la madre se vaya, el niño
confía en que esto no es para siempre; cosa que hasta entonces
no se daba, por no poder diferenciar pasado, presente y futuro.
Así pues, podríamos ver todo éste proceso, como una
diferenciación, en la que se van integrando diferentes experiencias
y modos de comprender la realidad. Esto es, una progresiva toma de distancia,
cuyas tareas en éste nivel serían, según Ken Wilber,
obtener por un lado constancia del objeto físico y por el otro
constancia del objeto emocional. Se obtendría así, tanto
una diferenciación horizontal, como una diferenciación vertical.
En definitiva, se va a ir dando, hasta los seis o siete años, una
progresiva adquisición de autonomía, una individuación,
en la que emergen tres diferentes identidades: física, emocional
y mental. Las deficiencias en éstos procesos, serán la causa
de los trastornos mentales mas graves; en la identidad física,
psicosis; en la identidad emocional, personalidad narcisista, borde-line
( fronteriza );en la identidad mental, neurosis.
Hasta aquí, hemos estado hablando de niveles pre-personales. Según
la psicología tradicional, la evolución psicosexual, llega
a su fin en ésta etapa, con la resolución del Edipo, y concluyen
también las patologías serias. Esto ha llevado a confundir
todos aquellos valores que se salen de la media, mezclando patologías
y desequilibrios pre-personales, con los transpersonales (que también
los hay ), o incluso personales (crisis existenciales...).
En el nivel personal, es decir, en lo que se considera normalidad; han
ido apareciendo estudios sobre diferentes problemas, y es que realmente,
la evolución continúa toda la vida, profundizando cada vez
mas en el Ser. De ésta problemática, se han ocupado investigaciones cognitivas,
estudios sobre identidad, y también los distintos autores encuadrados
dentro de la filosofía existencialista.
Se trata aquí de la disconformidad con los diferentes roles que
desempeñamos, familia , pareja, trabajo...y que nos remiten a la
búsqueda de la autenticidad, a ser auténtico con uno mismo,
mas allá de lo establecido por los distintos guiones. Aparte de
los ya mencionados, podríamos situar aquí los estudios de
Bateson sobre identidad.
De todos modos, hasta aquí , nos movemos en el terreno del sentido
común, de la experiencia habitual; aunque encarar éstos
últimos niveles existenciales, implique frecuentemente enfrentar
la incomprensión, la soledad...
El primero en referir niveles superiores a esto, es Maslow, quien,
tras constatar que los conductistas habían estudiado únicamente
la psicología animal ( eran psicólogos animales ) y los
psicoanalistas se habían dedicado a la psicología patológica
(eran psicólogos de la enfermedad), quiere estudiar la psicología
de la satisfacción, de la plenitud, de la autorrealización.
En ésta psicología de lo sano, Maslow se encuentra con que
quienes dicen encontrarse plenos con sus vidas, frecuentemente tienen
experiencias extrañas para el sentido común medio, experiencias
que salen del estado ordinario de conciencia, a las que el llama experiencias
cumbre. En ellas, se da una manera de estar, en el mundo, alternativa
al estado ordinario de vigilia. Pueden consistir en arrebatos místicos,
sensación de ser uno con la naturaleza, íntima convicción
de haber comprendido el sentido de la vida. En todo caso, éstos
estados son distintos de la vigilia ordinaria pero en modo alguno pueden
considerarse patológicos.
La psicología
transpersonal estudia los estados modificados de conciencia. Los primeros
estudios fueron dirigidos a demostrar las capacidades extraordinarias
de algunos grandes yoguis, lo cual consiguió demostrarse científicamente
sin gran dificultad. Sin embargo, los estados modificados de conciencia,
son algo bastante mas usual. Basta con hacer un momento de silencio en
medio de un auditorio, para darnos cuenta de la incesante actividad a
la que no damos crédito. Percepciones, reflexiones, emociones,
críticas, ansiedad, pensamientos
podremos observar que estamos
plagados de subpersonalidades, que determinan y modelan nuestra calidad
vital. Habitualmente sin embargo, de esto no hacemos ni caso. La profundidad
consiste en percibir esto.
Para poder referir toda ésta experiencia, debe haber alguien capaz
de experimentarla. Alguien que como el psicoanalista atento detrás
del diván, o como la esfinge contempla toda ésta experiencia.
Cuando somos capaces de permanecer como substrato de todas nuestras experiencias,
estamos en el nivel psíquico, podemos darnos cuenta de lo que se
ha llamado alma, testigo
En éste nivel es donde se da el misticismo
de la naturaleza, esa conciencia de no estar separado que sin embargo
no es permanente, y por eso provoca un anhelo de la unión definitiva.
Ello lleva a veces a pensar que se está más cerca de la
fuente original que el resto de los mortales. Por eso puede crear problemas
de inflación, que llevan a crisis de adaptación en otros
ámbitos distintos del de la vida interior. Es lo que se describe
como noche oscura del alma, vía purgativa
Ese algo que se
ha entrevisto, pero no puede recuperarse. El trabajo consiste por tanto,
en convertir éstas experiencias en algo estable a lo que uno puede
llegar a voluntad.
El siguiente nivel, podría calificarse de sutil, el alma comienza
a relacionarse con la totalidad.
Comprende que no está separada del universo. Las facultades psíquicas,
no se consideran un logro personal, sino algo que viene. Se da una mayor
profundidad, pero encarnada en el propio cuerpo. Heidegger y Merleau-Ponty
han tratado éste aspecto, la actividad que se encara desde un cuerpo.
Este nivel implica la muerte del yo mental. Es un mundo de arquetipos
universales, que supera al de los mitos, es el Mundus Imaginalis
que describe Henry Corbin. Resulta difícil estabilizarse en éste
nivel, es más fácil quedarse a medias, en experiencias como
el pseudonirvana, patologías de lo sutil, creencia de que uno lo
ha trascendido todo, pseudorrealización
Por último, podría hablarse del estado de identidad suprema,
de desaparición de toda dualidad. Hay que tener en cuenta que la
diferencia de niveles de desarrollo, no implica una jerarquía,
no implica diferencia de dignidades, no se trata de una superioridad,
que en todo caso anularía completamente la vida interior. Todas
las tradiciones insisten sobre el hecho de que sólo se crece en
sabiduría en la medida en que se crece en compasión.
Este modelo podría complementarse con otro modelo sobre la práctica
integral equilibrada. Piaget limitó sus estudios al desarrollo
lógico-cognitivo, pero la evolución se da también
en otras áreas, que deben desarrollarse armónicamente, si
no puede haber desequilibrios. La realidad del desarrollo debe atender
a cuatro aspectos, ya que ninguno de ellos es reducible a los demás:
individual, colectivo, interno y externo.
Así un trabajo de transformación de la conciencia, irá
acompañado de un cuidarse física y emocionalmente, de una
responsabilidad para con el planeta y de una adecuada atención
a la vida social y familiar. Quizás el trabajo nos parezca costoso,
pero todos sabemos lo que nos sienta bien y lo que nos sienta mal.
Resumen
de la Conferencia impartida por el Profesor Fernando Rodríguez
Presidente de la Asociación Española de Psicología
Transpersonal
(3 de mayo de 2001)

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